Ser una mujer realizada, una esposa ideal y al mismo tiempo una madre perfecta, es la meta que la mayoría de las mujeres esperan lograr en estos tiempos. Ya no basta con dedicarse por entero a su familia, ni tampoco ser una profesional destacada en el trabajo. Se trata de querer hacer más, mucho más por su familia, por ella misma y por los demás
Las mujeres que son a la vez esposas y madres están marcadas por un común denominador: el tiempo se les hace poco y las obligaciones en la casa, en el trabajo, con los hijos y con el marido, una enorme tarea que cumplir. Sumadas muchas veces se vuelven desgastadoras, pero al mismo tiempo gratificantes, lo que las anima a seguir y asumir el desafío de tratar de ser una “super mujer”.
Las mujeres que han optado por adjudicarse un rol definido y trabajan fuera de la casa, se dedican al cuidado de los hijos o escogen hacer ambas cosas, suman a su lista de exigencias muchas responsabilidades más.
Las mujeres que son a la vez esposas y madres están marcadas por un común denominador: el tiempo se les hace poco y las obligaciones en la casa, en el trabajo, con los hijos y con el marido, una enorme tarea que cumplir. Sumadas muchas veces se vuelven desgastadoras, pero al mismo tiempo gratificantes, lo que las anima a seguir y asumir el desafío de tratar de ser una “super mujer”.
Las mujeres que han optado por adjudicarse un rol definido y trabajan fuera de la casa, se dedican al cuidado de los hijos o escogen hacer ambas cosas, suman a su lista de exigencias muchas responsabilidades más.